¿SE DIRIGE LATINOAMÉRICA HACÍA LA INTEGRACIÓN COMERCIAL?

Cartoon credit: Rainer Hachfeld, Germany, PoliticalCartoons.com
El movimiento regresivo en las cadenas de valor puede convertirse en una oportunidad

Como economistas nos enseñaron a identificar las señales de la economía y hacer predicciones a partir de ellas, bueno, es cierto que muchos llevan la identificación de estas señales a niveles insanos. Por ejemplo, los economistas del mercado financiero al cruzarse con un murciélago o una gaviota en los gráficos de las acciones de empresas hacen una compra o una venta. En ese sentido, la identificación de las señales es lo que determina el comportamiento del mercado[1], si un inversor muy famoso empieza a deshacerse de determinadas acciones, el mercado cambia su comportamiento. Incluso, hay un debate sobre un determinado tipo de expectativa donde ni siquiera es necesario que el gobierno adopte una medida para combatir una falla de mercado, los agentes anticipan la acción del gobierno y una intervención fuerte se vuelve innecesaria.

Lo interesante es que esto no es solo un efecto local, esto también pasa con países. Ciertos países, cuando cambian su patrón conductual, despliegan o externalizan tendencias hacia otros países. Utilicemos como ejemplo el caso de EEUU, recientemente el presidente Biden dijo que iba a subir el sueldo mínimo, esto generó un gran impacto en la academia e hizo que regresara al centro del debate muchas cuestiones relacionadas al costo de la mano de obra. Al mismo tiempo, tras las declaraciones de guerra comercial de Donald Trump, mucho se habló en el mundo del poder que está adquiriendo China, de una repatriación de las industrias, y de la necesidad de recuperar los empleos perdidos en el proceso de globalización de la producción.

Con la salida de Donald Trump, se pensó que se iba poner de lado algunos debates en EEUU, por ejemplo, la cuestión de la guerra comercial con China y del proteccionismo. No obstante, lo que hizo Biden fue más bien atenuar las acciones extremas de su antecesor y dejar la relación entre los dos países más estable. Aunque China siga siendo el enemigo, no hay que decirselo en la cara o hacer un pronunciamiento sobre la “amenaza asiática” y el comunismo de mercado chino. En ese sentido, la guerra comercial bajo la administración en turno sigue, pero la nombraron distinto, plan buy american.

A pesar de esta situación entre EEUU y China, el debate sobre la fragilidad de las cadenas globales de valor, reindustrialización de los países desarrollados y una reducción del nivel de globalización del mundo no es nuevo. Algunos dicen que la chispa que dio nacimiento al debate fueron las consecuencias de la crisis 2008 que se multiplico debido al nivel de globalización y financiarización, aunque este es un punto importante, no es el definitivo. La pandemia y el consecuente rompimiento de las cadenas globales de suministro agravaron la situación, pero tampoco lo explican del todo.

Yo sé lo que están pensando. ¡FUE LA CRISIS EN EL CANAL DE SUEZ! En las últimas semanas fuimos testigos, de lo que ojalá se convierta en una película pues todos quedamos entretenidos con el drama sucedido en Egipto, donde un simple buque atascado logró romper con las expectativas de quienes hicieron compras en aliexpress y subir los precios de los combustibles.  A pesar del gran impacto mediático, este tampoco fue el motivo que se discuta un supuesto movimiento regresivo en las cadenas globales de valor, la verdad es que existe un motivo comercial, un cambio de preferencias, un motivo político y un motivo tecnológico.

El motivo político ustedes ya lo conocen, la guerra comercial entre EEUU y China sumada al miedo que se creó tras la creciente dependencia de los países denominados “fábricas del mundo” crearon la voluntad política. En este escenario, países que han ganado mucho poder ya acumulan gran parte de la producción mundial y el riesgo de que aprovechen y jueguen con este poder es lo que fomenta un retroceso en la globalización. En efecto, los importadores se sienten rehenes y como consecuencia empiezan a buscar autonomía en sus procesos de producción, la pandemia ha puesto en relieve esta situación.  Actualmente, China y Rusia, que tienen capacidad de producir vacunas, han puesto en marcha un esfuerzo diplomático. Estos países han utilizado sus vacunas para ganar poder e influencia internacional y mejorar sus imágenes[2].

Por otro lado, el ejemplo del ban que aplicaron algunos países a sus exportaciones de insumos médicos[3] en el comienzo de la pandemia, aunque no relacionado a cuestiones de imagen internacional, es bueno para hablar sobre la fragilidad que genera la globalización, pues varios se quedaron sin insumos para producir vacunas. La búsqueda por cierta autonomía productiva también encuentra motivos en la postura de la Unión Europea[4], Italia[5] e India que han prohibido de cierta manera la exportación de vacunas a otros países.

El movimiento regresivo en las cadenas de valor también es causado por la tecnología. Actualmente, con las impresoras 3D, uno puede producir casi todos los componentes que se necesita para ensamblar un bien sofisticado en su propia casa. Debido a los avances tecnológicos y a la constante tendencia de caída en los precios de tecnologías, las empresas están eligiendo la automatización en lugar del tradicional offshoring. Adicionalmente, la revolución de las máquinas y el desplome de sus precios hace que el costo de la mano de obra sea menos relevante a la hora de elegir la ubicación de una planta industrial, es decir, se está reduciendo la intensidad de mano de obra en la manufactura debido a un cambio profundo en la importancia del capital frente al trabajo (McKinsey Global Institute, 2017).

La creciente adopción de la automatización y la inteligencia artificial en la fabricación hace que la proximidad a los mercados de consumo, el acceso a los recursos, los skills de la fuerza laboral y la calidad de la infraestructura, entre otros factores, sean más importantes que el costo de la mano de obra. Según, Lund y Bughin (2019), actualmente, solo un 18% del comercio internacional ocurre de países con bajos salarios para países con salarios altos y la participación de industrias intensivas en mano de obra se está reduciendo. Por otro lado, el impacto de la tecnología es ambiguo pues al mismo tiempo que provoca el movimiento regresivo, también sostiene la existencia de las cadenas de suministro ya que el progreso técnico baja los costos de transacción y costos logísticos (WTO, 2018). Se destacan algunos impactos venideros derivados de la tecnología en el cuadro abajo.

Reducción del costo de las transacciones

●       Internet de las cosas
●       E-commerce
●       Blockchain
●       Automatización de procesos de documentos

Un crecimiento de 4.7 billones de dólares en el intercambio de bienes hasta 2030 debido a la reducción de los costos de transacción
Cambios en los procesos de producción

●       Inteligencia Artificial
●       Automatización
●       Impresión 3D

Una caída de 4 billones de dólares en el intercambio de bienes hasta 2030 debido al movimiento regresivo en las cadenas de valor
Nuevos bienes

●       Vehículos Eléctricos
●       Renovables
●       Bienes Digitales

Una caída de 310 mil millones de dólares en el intercambio de bienes debido a los cambios de preferencias y composición de bienes

Fuente: McKinsey (2019)

Debido a una creciente búsqueda por una mayor personalización de los servicios y productos, las empresas comienzan a pensar en mover su producción para poder atender mejor las demandas de los consumidores, lo que impulsa la regresión en las cadenas de valor como una estrategia comercial.

Así, finalmente, el cambio de preferencias por parte de los consumidores también impacta las cadenas globales de valor. La industria automotriz tiene un papel muy importante en países de la región como Argentina, Brasil y México, debido a los requerimientos ambientales y el cambio de preferencias, esta industria se está convirtiendo en una industria más verde con la producción de autos eléctricos. McKinsey estima que los vehículos eléctricos representarán alrededor del 17% de las ventas totales de automóviles a nivel mundial para 2030 (frente al 1% en 2017), pero la conversión de esta industria conlleva a una reducción en el comercio de autopartes pues las transmisiones de carro eléctrico utilizan alrededor del 15% de piezas móviles de los motores de combustión tradicional.  Se estima una reducción de hasta un 10% en el comercio de autopartes debido al impacto de los vehículos eléctricos. La conversión de esta industria también impactará muchísimo el comercio y las cadenas de crudo (Lund y Bughin, 2019). Parece ser que, la tecnología y la sociedad caminan rumbo a una desaceleración de la globalización que tiene como nombre “movimiento regresivo en las cadenas globales de valor”.

Regresando al punto de la influencia de algunos países y su impacto sobre las cadenas globales de valor, en las últimas semanas, el presidente de EEUU reveló su plan de infraestructura donde quiere invertir 2 billones de dólares. Este plan tiene un componente de make in America[6], es decir, que se va a fomentar el regreso de la producción a EEUU o que se va a reindustrializar el país. Esto puede significar que el movimiento regresivo en las cadenas globales de valor se va a acelerar y cambiar la dinámica de las relaciones comerciales no solo en EEUU, sino en el mundo. Se plantean dos alternativas de este proceso: una autosustentabilidad productiva de los países y una regionalización de la producción.

Quizás la propuesta de la autosustentabilidad, en otras palabras, un reshoring de la producción hacia países desarrollados sea irreal o para pocos, por otro lado, la propuesta de replantear las cadenas globales hacia una regionalización es algo que ya se plantea desde hace mucho tiempo y sin duda es más tangible pues los bloques económicos ya existen. A este respecto, lo que era un debate puede convertirse en una realidad, es decir que efectivamente los países van a empezar a aislarse comercialmente y poner un freno a la globalización. Esto sin duda va a impactar a la sociedad y traer problemas a los países que dependen en extremo de su inserción en las cadenas para desarrollarse, prosperar o tener moneda para comprar bienes que no tienen la capacidad de producir.

Por otro lado, este proceso puede impulsar la formación y fortalecimiento de bloques económicos. En la Latinoamérica, por ejemplo, la integración regional viene siendo un objetivo político que parece utópico. En un artículo que escribí hace unos años encontré que una mayor integración regional podría hacer que Brasil lograra entrar en un ciclo virtuoso de crecimiento basado en las ideas Kaldorianas. Este ciclo podría generar crecimiento y derramamientos tecnológicos (spillovers) para la economía brasileña ya que Brasil exporta bienes con intensidad tecnológica alta para países del Mercosur, como resultado, la industria de este país entraría en un ciclo de aumento de productividad incesante. La verdad es que existen muchos estudios que hablan sobre las ventajas de impulsar la integración de la región, este tema para nada es reciente. No obstante, y por diversos motivos que les serán explicados en un próximo artículo, hasta ahora no hemos logrado acercarnos del objetivo.

¿Será que finalmente, con una tendencia mundial que favorece, vamos a hacer funcionar nuestros acuerdos comerciales?

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Referencias

Lund, S. y Bughin, J. (2019), “Next-generation technologies and the future of trade”. Disponible en: https://www.mckinsey.com/mgi/overview/in-the-news/next-generation-technologies-and-the-future-of-trade

McKinsey Global Institute (2019), Globalization in transition: The future of trade and value chains, January. Disponible en: https://www.mckinsey.com/~/media/McKinsey/Featured%20Insights/Innovation/Globalization%20in%20transition%20The%20future%20of%20trade%20and%20value%20chains/MGI-Globalization%20in%20transition-The-future-of-trade-and-value-chains-Full-report.ashx

Lund, S., Manyika, J., Woetzel, J., Bughin, J., Krishnan, M., Seong, J., and Muir, M. (2019). “Globalization in transition: The future of trade and value chains”. Disponible en: https://www.mckinsey.com/featured-insights/innovation-and-growth/globalization-in-transition-the-future-of-trade-and-value-chains

[1] Si bien uno también puede argumentar que el mercado determina las señalas, como todo en la economía, existe un depende por detrás de este argumento.

[2] https://www.economist.com/the-world-ahead/2020/11/16/vaccine-diplomacy-could-give-chinas-image-a-boost

[3] https://edition.cnn.com/2020/03/27/business/medical-supplies-export-ban/index.html

[4] https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-eu-vaccines-idUSKBN2BG1WA

[5] https://edition.cnn.com/2021/03/04/europe/italy-astrazeneca-doses-australia-intl/index.html

[6] https://www.economist.com/podcasts/2021/04/02/how-vulnerable-are-americas-supply-chains 

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Especializado en economía de la industria y de la innovación a través de una maestría de la Universidad Federal de Rio de Janeiro. Actualmente, es consultor en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL.