¿SE APROVECHÓ EL ESTAFADOR DE TINDER DE UNA DISCORDANCIA EVOLUTIVA?

Cuentan los biólogos que la evolución se da por la adaptación de cada especie a las condiciones que ha vivido desde tiempos inmemorables, los leones tienen sus garras, las sanguijuelas su capacidad escurridiza y los humanos el cerebro (algunos).

Ahora, las tortugas marinas son un animal de poca piedad, entierran sus huevos en la arena y se van a seguir con su vida. Las crías recién nacidas necesitan encontrar el camino al mar, por lo cual su instinto primario es seguir la luz (tal vez la muerte es solo la reencarnación en tortuga). Esto se debe a que, en su ambiente natural, el único brillo existente es el reflejo de la amante del toro en el mar.

Por eso, cuando llegan las iluminadas ciudades a su entorno, los bebes tortugas se desorientan y terminan caminando hacia la calle; si tienen suerte caen en el desagüe y llegan al mar por un camino menos agradable. Dado que sus características biológicas ya no están adaptadas al ambiente se habla de una “discordancia evolutiva”.

A su vez, resulta ser que en los tiempos del comercio de esclavos no se podía confiar ni en la propia familia, pues cualquiera te secuestraba o se aprovechaba de tu ingenuidad para estafarte hacia una vida de trabajos forzados.

Así, el especialista de África, Nathan Nunn combina datos históricos de exportación de esclavos en barco con encuestas actuales y muestra que esta desconfianza se paso de ancestros a ascendientes a través de las generaciones, ya sea por genes o por cultura.

Es conocimiento popular de las ciencias sociales, que una sociedad donde prima la confianza funciona mejor en todo sentido, nada mejor para la economía que cerrar un negocio con un apretón de manos, y saber que ese apretón significa más que un contrato. En este enlace expandimos sobre la importancia de la cohesión social.

Por tal razón, el señor Monja (Nunn jeje) juzga que estos africanos tendrían una discordancia evolutiva igual a la de las tortugas, pues sus niveles de confianza serian SUBÓPTIMOS para el mundo actual desprovisto de intercambio intensivo de armas por africanos.

Sin embargo, se olvida de algo que el mismo disfruta recalcar: los científicos sociales europeos muchas veces creen que la excepción es la norma, pues ellos estudian sociedades occidentales, las cuales son minoría en el mundo, de hecho, las denominan con el termino WEIRD (Western, educated, industrialized, rich, democratic).

Nunn se olvida que el objeto de estudio solo no causa más sesgos que el economista mismo. En efecto, uno está sometido a su circulo social y visión del mundo para interpretar sus observaciones, por lo que fácilmente personajes como Milton Friedman pudieron crear teorías impregnadas por la visión de sus compañeros de coctel.

Para poder prever el camino de una ciudad no es suficiente con el conocimiento económico, se necesita agrandar la muestra de conocimiento subjetivo para evitar el sesgo propio: salir de su círculo social para tomar el pulso de la población (se imaginarán el circulo de los economistas que definieron el rumbo del planeta).

De hecho, Ocampo llegó a proponer un índice de frustración social para prever la subida del populismo, pues gran parte de los acontecimientos son consecuencia del sentimiento social de las masas.

Todo esto para puntualizar que Nunn juzga la desconfianza de estos africanos desde su punto de vista. Si bien a nivel social más confianza siempre es mejor, la evolución es un proceso que sucede individualmente para acumularse en las especies o sociedades.

El latinoamericano sabe que el banco, las telefónicas, las aerolíneas, las instituciones del estado y muchas veces sus propios conciudadanos le roban cada que pueden. Papaya dada papaya partida. Por tanto, en nuestra sociedad el exceso de confianza es una estrategia evolutiva “subóptima”. Vaya uno a saber qué sucede en el Congo como para denominar su poca confianza como de divergencia evolutiva.

En el lado contrario esta Suecia, una nación cuya cohesión social milenaria les ha permitido crear un estado de confianza y bienestar. Tristemente para las suecas de Netflix, el mundo esta globalizado, y su fortaleza puertas adentro se convierte en una debilidad puertas afuera, permitiendo que cualquier pintón israelí con buenos dotes de actuación engañe rubias impunemente.

Entretanto, las chiquillas locales conociéndote un mes no te presentan ni a la familia (estereotipo meramente ilustrativo), peor van a soltarle un mango a un supuesto billonario. Miles de estafas existen en nuestro continente, pero esta no será una de ellas.

En ese sentido, ante la globalización y el desconocimiento de las culturas e intenciones lejanas, el exceso de confianza de los suecos parece una discordancia evolutiva más grande que la desconfianza heredada de los europeos al mundo, la cual las potencias actuales siguen cultivando. No deje de leernos pues esto no fue más que una pequeña introducción a nuestra serie sobre globalización, comercio e imperialismo.

+ posts

Economista especializado en regulación de la competencia, con conocimientos variados en las diferentes temáticas de la disciplina: economía política, desarrollo, medioambiente, fiscal. Trabajé durante un año en una consultora financiera en Brasil (Fusiones y adquisiciones) y 4 años haciendo consultorías para CEPAL, además de una consultoría sobre salud mental y ambiente laboral en Chile, y otra de 6 meses sobre la historia del desplazamiento forzado en Mozambique para la London Bussiness school.

No solo entiendo los temas en los que me especializo, sino que trazo las diferentes relaciones entre ellos para tener una visión completa del panorama. Junto a eso, manejo bases de datos y softwares como Stata, asegurándome así que la narrativa y la estadística vayan de la mano. Hablo español, inglés, francés y portugués. Soy sociable, persistente, curioso, organizado, trabajo bien en equipo y bajo presión. Usted entrégueme un trabajo y yo seré especialista en el tema, pues siempre estoy dispuesto a aprender y me adapto a cualquier circunstancia, un día me encuentra haciendo presentaciones a altos funcionarios, al siguiente jugando fútbol en la favela.