CONCESIONES MINERAS EN ECUADOR: ¿QUÉ GANAMOS?

Foto de: Apitatan

Integrarnos al mundo a través del extractivismo

Recientemente, el presidente de Ecuador viajó a Canadá para atraer inversión extranjera, focalizada en la minería. A raíz de este encuentro en un salón elegante se generaron enfrentamientos entre las comunidades donde tales negocios acontecerían y el Estado ecuatoriano. A continuación, analizamos los diversos matices de la minería: las externalidades negativas, las ganancias económicas que vienen a cambio y de qué forma esto define el lugar de Ecuador en el mundo.

Los costos sociales y ambientales ocultos: externalidades negativas

En regla general, los sectores con más externalidades negativas, es decir, con mayor costo social no integrado dentro de su contabilidad, son aquellos que tienen mayores beneficios. Así, el mercado de los hidrocarburos es el más grande del planeta en cuanto a cantidad de dólares intercambiados por tales recursos, y también el más contaminante, tanto global como localmente.

La presidenta ejecutiva de la Cámara de Minería del Ecuador (CME), María Eulalia Silva, argumenta que, Zamora Chinchipe redujo la pobreza gracias a las concesiones mineras. Tal cálculo no refleja más que el sesgo de quienes les conviene, si no se toma en cuenta la afectación al bien colectivo.

En efecto, el reconocido economista de Bangladesh, Partha Dasgupta, muestra que alrededor del mundo, los considerados más pobres por las estadísticas de ingreso son quienes más dependen de los bienes colectivos, en especial de la naturaleza. Si un habitante logró comprar una lavadora gracias a su trabajo en minería, pero el costo de eso es que 200 ya no puedan lavar ropa en el río, la pobreza calculada en términos monetarios habrá disminuido, y contradictoriamente, la calidad de vida de la mayoría también. No es de locos que las comunidades se dan palo con los militares.

Justamente, otra externalidad importante de la minería es que corta los lazos comunitarios, pues en el dilema del prisionero que es la defensa del agua de la comunidad o trabajar para los mineros, la desafección de unos pocos genera división en todos. Se diluye la confianza. Luego, el agua que ensuciaron, hace unos años podía ser causa de un hospital en Guayaquil; se desarrolló a la costa con las venas de nuestras montañas y nuestra selva.

Hoy, ni eso, se contamina la naturaleza para financiar guerras y la represión de esas mismas comunidades. Los recursos y el conflicto vienen de la mano. Dube y Vargas (2013) muestran que el conflicto armado incrementaba en Colombia con el precio del petróleo. No hace falta ir tan lejos, tan solo basta con ver los enfrentamientos entre pobladores y militares en Palo Quemado. Ya contamos porque la falta de cohesión social genera el pacto de no crecimiento latinoamericano.

Aun así, deben contrastarse tales costos con las ganancias para la sociedad. Desde el punto de vista del Estado, si este estuviera del lado de la gente, el costo social de la minería se debería devolver de alguna forma al país. Estamos permitiendo que policías y grupos paramilitares ensucien el agua de la cual la gente vive. Las preguntas, desde la moral UTILITARISTA, son: ¿vale la pena? ¿Qué tenemos a cambio?

Intensidad Laboral

La primera pregunta que viene a la mente entonces es, si la creación de trabajos compensa los costos ambientales y sociales de la minería. Para entender el aporte de la industria al Ecuador, vamos aproximemos la intensidad laboral en el sector.

Este cálculo parte del hecho de que no existe capital sin trabajadores, y que, de la misma forma, la productividad del trabajo es nula sin capital. Al dividir el beneficio de la empresa por el número de trabajadores, se obtiene la participación de cada uno en el beneficio dado el capital invertido. Por ejemplo, usemos la construcción de la mina La Plata. Según Primicias, la inversión en Palo Quemado planea ser de 100 millones de dólares usando 600 obreros durante dos años para la construcción de la mina, es decir, 166,000 dólares por obrero, lo cual repartido sobre dos años, si toda la inversión se repartiese entre los laburantes, sería un salario de 83,000 dólares anuales.

Sin embargo, el promedio mensual de un obrero de la minería es de 16,728 dólares anuales. Así, en la FASE DE CONSTRUCCIÓN de la mina, la intensidad del capital debería ser 5 veces mayor a la del trabajo, pues se lo usa 5 veces más. Esto significa que la inversión en minería es de baja intensidad laboral, lo cual tiene sentido, pues es un sector altamente automatizado. Luego de los dos años de construcción, este problema debería agravarse, pues la fase de construcción es más intensiva en labor que la de extracción.

La baja intensidad laboral de la minería la convierte en una inversión extranjera directa de mala calidad para el país, pues comparativamente, el monto invertido genera muy poco empleo, por lo que genera grandes cantidades de dinero para pocas manos, aumentando la desigualdad. Hasta el neoliberalismo chileno reconoce a la minera estatal, CODELCO, como un pilar de su desarrollo, pues, la mayoría del retorno de la minería es para los dueños del capital, unas pocas manos o el estado entero. De hecho, si bien las multinacionales son responsables por una mayor participación en el PIB de Ecuador, la mayoría de la fuerza laboral es empleada por pequeñas y medianas empresas, por ende, atraer multinacionales contribuye a profundizar las desigualdades, creando dos mercados de trabajo paralelos.

Repartición del beneficio

Si la creación de trabajo no es alta comparativamente al monto invertido, podríamos esperar que el Estado recolecte regalías suficientemente altas como para financiar bienes públicos que se muestren más útiles que el capital natural perdido. Por ejemplo, la concesión de La Plata sería hasta 2049 con el objetivo de sacar esos 864 millones de dólares bajo suelo (cálculo en la tabla abajo). ¿Qué gana el país a cambio? ¿Cuánto se está pagando la concesión?

Con La Plata todavía no sabemos, sin embargo, Curipamba lleva siendo explotado desde 2006. En 2022 reportan un EBITDA (beneficio antes de impuestos, intereses y amortizaciones) de 103 millones de dólares. A su vez, dicen pagar regalías de tan solo el 2% al estado (estados financieros pg.20), mientras el retorno neto de la inversión después de impuestos e inflación es del 60% (presentación institucional)!!! Claramente, el mayor ganador de la explotación minera no es ni de cerca el Ecuador.

Al menos, podemos confiar en que ese 2% de regalías podrá ser usado para la guerra interna, pues como mostramos en este artículo, la evidencia apunta que la forma en que se gasta el dinero depende de dónde se consigue: el dinero de los impuestos suele ir al bien público, el de la minería y el petróleo a corrupción y represión.

En fin, concretamente, lo que vemos es que los retornos de la minería son financieros, para los accionistas de la empresa (traders internacionales), más que para sus trabajadores (los residentes del Ecuador), mientras sus costos ambientales se reparten entre todos los habitantes del sector y del país. ¿Cómo llegamos a tan malos términos de intercambio?

Conflicto de Interés Latente

Es un hecho resaltado por la misma empresa que el Grupo Nobis (fundado por la tía del presidente Isabel Noboa) es uno de los accionistas estratégicos (nótese ESTRATÉGICO) de Adventus Mining. Hay un claro conflicto de intereses, pues la forma en que se reparte el beneficio entre la empresa y el país afecta directamente al grupo Nobis, el cual tiene manejo del país, pero se ve favorecido por las ganancias de la empresa, al punto que ni siquiera se organizó un concurso para adjudicar tales concesiones. Las bajas regalias del estado se explican solas.

De hecho, la noticia citada es el anuncio de un cambio en el consejo de dirección, pues quien representaba a Nobis dentro del consejo administrativo de Adventus era Roberto Salas, quien sería ministro de Minas y Energías No Renovables en 2021 en el gobierno de Lasso; al final, tuvo que declinar por su evidente conflicto de interés. Sin embargo, hoy es secretario de alianzas público-privadas. La devolución de favores a través de la puerta giratoria del público y el privado una vez más funciona como habilitador del extractivismo y los términos de intercambio negativos.

Cabe recalcar que en la página de la minera tienen una pestaña en la que preguntan: ¿Por qué Ecuador? Y se enlistan entre las razones cosas cómo el bajo costo de la energía, la fuerza laboral para el sector y EL FUERTE APOYO DEL GOBIERNO: ya que 1) el gobierno vería a la minería como un pilar del crecimiento económico, 2) estamos dolarizados y tenemos acuerdos comerciales con la Unión Europea desde 2016 y 3) la minería ya es nuestra cuarta exportación más grande.

Básicamente, se está regalando el bienestar de las comunidades, e imponiendo una cosmovisión de desarrollo contraria a lo que el país ha mostrado en todas las recientes votaciones ambientales (Constitución 2008, Azuay 2021, Consulta 2022), a cambio de enriquecer al clan Noboa.

Este tipo de términos de intercambio absolutamente favorables a los inversionistas extranjeros no son una coincidencia, son parte del sistema. El economista Jason Hickel calcula el nivel de apropiación del norte sobre el sur a través de los términos de intercambio impuestos por el mismo y muestra que este asciende a 10.8 billones de dólares en el año 2015. Justamente, veamos cómo nos sitúa la especialización en minería dentro del orden mundial.

La minería y nuestro lugar en el sistema mundo

La contaminación minera empieza localmente, y se retransmite en calentamiento global, de la misma forma, la lucha minera sucede de forma local, pero es un conflicto global. El alza de la minería es una característica de la corriente neoliberal impuesta en Ecuador y América Latina hace unos años, así en 2019 se exportaban 405 millones de dólares, y en tan solo 4 años, para 2023, nuestras exportaciones mineras se multiplicaron por 8, sin que esto se retransmita en mayor bienestar de la población.

Ese es el tipo de ecuaciones que tendríamos que tomar en cuenta si aceptamos nuestro rol de primario exportador en el mundo, si aceptamos que cada país se especializa. Al adoptar el dólar, ya lo hicimos, pues al no tener tasa de cambio, nuestros productos manufacturados no son competitivos mundialmente, mientras la minería y el petróleo, con precios indexados a nivel mundial, no se ven afectados. Dentro del sistema que rige la globalización, ser primario exportador es aceptarse como tercer mundo. El que pone el valor agregado siempre tendrá ventaja en el intercambio.

Para que existan los países industriales, tienen que existir tanto los agrícolas como los que te venden la materia prima, y por la naturaleza de ambos negocios, se creó una jerarquía mundial donde los países industriales toman las decisiones. Fue la industrialización de China lo que lo puso en el mapa mundial; dudo que Latinoamérica quiera asumir los costos de desprotección laboral de competirle al imperio.

EXPLICAMOS, el extractivismo y la industria se contraponen pues la fluctuación que crean los precios de los recursos en la economía crea incertidumbre en los inversores; como además el sector manufacturero no tiene espacio de crecimiento en una economía primaria, no tiene entonces las economías de escala que lo caracterizan, por lo que se vuelve menos rentable invertir en esos países (Gylfason y Zoega, 2001). Adicionalmente, el sector primario no necesita grandes niveles de educación, por lo que el gasto en educación prevé menores retornos y se estanca, restringiendo así el surgimiento de mano de obra para desarrollo de nuevos sectores.

El petróleo y la minería reducen el crecimiento de la industria. Por lo que seguir el camino del extractivismo, nos mantendrá siempre siguiendo el curso del mundo sin influirlo, sino siendo influido. Esto es un hecho del orden mundial del cual participamos cada vez más sin que por tanto signifique mayor bienestar.

Aun aceptando el funcionamiento predeterminado de la globalización, adoptando su cosmovisión, podríamos buscar otro camino de especialización, el potencial turístico de Ecuador es tremendo, aunque muchos sabrán que también tiene sus grandes desventajas, como la pérdida de la cultura, no es peor que el extractivismo. Costa Rica es prueba de tal afirmación, localmente, basta comparar Lago Agrio y el Tena ¿En cúal preferirías vivir?

La solución más a largo plazo sería integrarse regionalmente, pues individualmente ninguno tiene mucho poder, sin embargo, Brasil y Argentina han demostrado elegir alinearse con quién deseen, aunque hayan elegido bandos contrarios. No es necesario hacer la integración en el mismo orden que Europa, podríamos empezar por unificar nuestra política exterior. Tener un consejo latinoamericano que obre democráticamente exponiendo ante el mundo una posición unificada, organizándonos para obtener mejores términos de intercambio.

Esta sería la solución integradora de lógica capitalista, buscando un escape al imperialismo. La otra es no aceptar la cosmovisión donde desarrollo significa mayor acceso a bienes materiales en detrimento de la naturaleza sino al contrario admitir que la destrucción de la naturaleza es autosabotaje.

En fin, el sistema mundial entra primeramente corrompiendo los intereses de nuestros mismos dirigentes. Luego se traduce en el desalojo de poblaciones para ensuciar sus ríos a cambio de una compensación mínima para el Estado. Aun aceptando nuestro rol en el sistema, es necesario mejorar la gestión de ese rol; el sistema político claramente no es apto para cuidar los intereses de la población.

Concluyendo

Si insistimos en seguir el camino de ser un país primario toda la vida, tenemos que institucionalizar mecanismos financieros que hagan menos volátil la recaudación pública de los recursos y hacer acuerdos libres de conflicto de interés, incluyendo concursos para mantener los mejores estándares ambientales.

Sin eso, seguiremos gastando lo que recauda el Estado para pagar militares a que apaleen a las comunidades, cuando el artículo 169 de la OIT, legislación internacional como la que el gobierno se quiere plegar en la consulta que viene, expresa claramente el derecho a consulta previa, cosa que no se ha hecho, por lo que TODA MINERÍA ES ILEGAL EN ECUADOR.

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Economista especializado en regulación de la competencia, con conocimientos variados en las diferentes temáticas de la disciplina: economía política, desarrollo, medioambiente, fiscal. Trabajé durante un año en una consultora financiera en Brasil (Fusiones y adquisiciones) y 4 años haciendo consultorías para CEPAL, además de una consultoría sobre salud mental y ambiente laboral en Chile, y otra de 6 meses sobre la historia del desplazamiento forzado en Mozambique para la London Bussiness school.

No solo entiendo los temas en los que me especializo, sino que trazo las diferentes relaciones entre ellos para tener una visión completa del panorama. Junto a eso, manejo bases de datos y softwares como Stata, asegurándome así que la narrativa y la estadística vayan de la mano. Hablo español, inglés, francés y portugués. Soy sociable, persistente, curioso, organizado, trabajo bien en equipo y bajo presión. Usted entrégueme un trabajo y yo seré especialista en el tema, pues siempre estoy dispuesto a aprender y me adapto a cualquier circunstancia, un día me encuentra haciendo presentaciones a altos funcionarios, al siguiente jugando fútbol en la favela.

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