BALAS PERDIDAS HACIA LATINOAMÉRICA

No hay moral en el ajedrez mundial

Nuevamente, el continente que todo lo quiere falla en mantener los problemas afuera de sus fronteras; el mundo se estremece ante el desplazamiento forzado de rubios con ojos azules. Nuevamente, nos vemos atrapados en un conflicto Geopolítico en el que nada tenemos que ver, un Clash continental interétnico que al igual que los dos anteriores quieren vender como Guerra Mundial. De mundial tiene lo que las papas de francesas.

En fin, como todos han oído las últimas semanas, básicamente la OTAN busca seguir expandiendo su influencia militar, mientras Rusia está dispuesta a todo para mantener a los occidentales lejos de sus fronteras. Como en todo conflicto Geopolítico desde la guerra mundial, Europa tiene el rol de perrita de las potencias, pues es el continente que puede inclinar la balanza para la una o la otra. El resto poco o nada tiene para decir pues además de ser más débiles, estamos divididos.

Como involucrarse militarmente parece una opción peligrosa en estos tiempos de armas nucleares, toca recurrir a la vieja confiable: las sanciones. El problema de estas es que siempre tienen doble filo, todo lo que se le quita a Rusia proveniente del mundo, le quitas a alguien más en el mundo. Cómo ya es costumbre en este planeta, cada quién minimiza sus pérdidas, por tanto, las sanciones están hechas a la medida de quien las impone.

De esta forma, se excluyó a Rusia del sistema Swift, es decir se complica enviar y recibir pagos de Rusia, haciendo que el comercio con tal país caiga. Sin embargo, la letra pequeña permite al Sberbank y al Gazprombank seguir operando para mantener el flujo de gas natural hacia Europa, especialmente hacia Alemania quién acaba de concluir la construcción del gaseoducto Nord stream 2 para justamente importar hasta 55 mil millones de metros cúbicos anualmente.

A los rusos hay que apretarlos, pero que afecte al resto del mundo, jamás a la educada Europa, causante de la reacción rusa en primer lugar. Por tanto, cabe preguntarse, cuales son los intereses del patio trasero en esta cuestión. Y claro, siempre la consecuencia más directa de la medición de miembros geopolítica es una reorganización del comercio internacional.

La realidad es que el comercio Latinoamericano se da en su gran mayoría con las dos grandes potencias, Estados Unidos y China, en lo que a nosotros concierne, Rusia es un actor de reparto. Los datos que tiramos a continuación excluyen a Venezuela pues son de la base WITS la cuál no los toma en cuenta. El total de exportaciones de los otros 9 países de América del Sur a Rusia es de 5 millones de dólares (1,6 a Brasil). Representa un promedio en cada país del 2% del comercio total, siendo Ecuador y Paraguay quienes lo arrastran para arriba con 8% y 4% respectivamente.

Los principales rubros de exportación son básicamente los mismos para todos los países, aunque en orden diferente, animales y vegetales. Unas rosas para las rusas, unas papas para el vodka y unas vacas para el strogonoff. De los casi 900 000 dólares que el Ecuador exporta a Rusia, 88% es de vegetales, los otros socios comerciales y posibles compradores de ese rubro son Estados Unidos, Alemania y Turquía.

En el caso de Paraguay, sus principales socios comerciales son Argentina y Brasil, quienes ya estarán intentando relocalizar la producción propia, por lo que una opción más viable parece profundizar relaciones con la India, lo cual podría enfadar al bloque occidental. En el corto plazo podría haber una caída de la demanda, lo cual haga caer los precios.

Digo en el corto plazo, porque todo esta interconectado, en efecto nuestros principales rubros de importación son los químicos y la gasolina, principalmente fertilizantes, los cuales justamente sirven para aumentar la productividad de los cultivos.  Al agricultor le pisaron el poncho y le quitaron el sombrero, le quitaron un cliente mediano y le alzaron los costos.

América del Sur tiene una balanza de pagos casi completamente equilibrada con Rusia, pues importamos los mismos 5 millones de dólares (3,6 de Brasil). En promedio, representa 0,89% de las importaciones de cada país, siendo Brasil el más afectado con 2% seguido por Bolivia y Ecuador con 1,5% cada uno.

Estas sanciones comerciales a Rusia tendrán un efecto directo sobre algunos sectores de nuestras economías, especialmente en estos mercados complementarios. Por otro lado, se abre la oportunidad de proveer bienes substitutos, como el petróleo, el cual ya viene subiendo el precio al punto que Estados Unidos busca negociar con quien hasta hace poco ni consideraban presidente, Maduro; posiblemente levantando las sanciones a Venezuela. No hay moral en el ajedrez mundial.

La realidad es que las consecuencias de largo plazo son impredecibles mientras no sepamos que rumbo tomará esta guerra, sin embargo representa una oportunidad para Latinoamérica de profundizar la tendencia de integrar localmente las cadenas de valor (link) y de hacer unos centavos, posiblemente contraproducentes (link), a través del oro negro.